Muchas empresas buscan mejorar sus prácticas y tomar decisiones oportunas, pero suelen encontrar barreras en cuanto a la disponibilidad y la confiabilidad de sus datos. Transformar el proceso de gestión de la información ESG es clave para avanzar en el camino de cada organización hacia la sostenibilidad.
Un día cualquiera en una organización cualquiera, Martha le pide a Pedro las cifras de ventas para poder calcular la utilidad del actual trimestre. Pedro no tiene este dato y dice que lo sabe Carlos, quien está en vacaciones. Podrían entrar al sistema y descargar el archivo de Excel, pero para averiguar el dato habría que hacer un cálculo que solo Carlos conoce. Y tienen Junta Directiva a la semana siguiente.
Aunque esta escena es cada vez menos frecuente cuando se trata de información financiera, todavía genera terror al gestionar la información de sostenibilidad; esa que recoge el desempeño de las organizaciones en los criterios ambientales, sociales y económicos -ESG, por sus siglas en inglés- y que es clave para llevar a cabo procesos de reporte con estándares e iniciativas globales.
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No tener claridad sobre la información ESG es un riesgo para las organizaciones, las cuales encuentran cada vez más expectativas en su entorno y la necesidad de respaldar sus convicciones institucionales con compromisos por la preservación del medio ambiente, al igual que con aportes más decididos para generar valor a las comunidades y a otros grupos de interés.
Sin embargo, estos compromisos muchas veces quedan en intenciones y no se acompañan de iniciativas concretas. Y, aunque puede que haya organizaciones que cambien sus discursos y no sus acciones, la realidad indica que lo que les impide generar esos impactos deseados es que no cuentan con información ESG actualizada o confiable para entender dónde están paradas y así tomar decisiones acertadas.
Sabemos lo que indica el adagio empresarial: lo que no se mide, no se gestiona. Tradicionalmente, la información ESG ha sido manejada de forma poco estratégica, sin una adecuada articulación y a partir de procesos manuales, que no solo desgastan, sino que ponen en riesgo uno de los activos más valiosos en la actualidad. Por eso, tarde que temprano, transformar el proceso de gestión de la información se vuelve una decisión clave.
Las organizaciones necesitan mejor información para entender los desafíos ambientales y sociales que enfrentan, para identificar avances y oportunidades de mejora frente a estos asuntos; para corregir el rumbo en lo que no funciona y para compartir con el entorno e invitar a la colaboración. En definitiva, necesitan información para avanzar.
Con este contexto, la tecnología se convierte en la mejor aliada. Un sistema de información de sostenibilidad facilita las condiciones para que el proceso sea más práctico: un almacenamiento de información trazable, seguro y disponible 24/7; una visualización integral para analizar datos y tomar decisiones y unas definiciones claras para que todas las personas involucradas entiendan lo mismo.
Mientras Martha y Pedro resuelven sus problemas para la próxima Junta Directiva y Carlos regresa de vacaciones, los directivos realmente comprometidos con el progreso y la sostenibilidad tienen la oportunidad de dar un salto enorme hacia una mejor gestión de la información ESG. De hecho, el siguiente paso puede ser más fácil de lo que imaginan.
