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Copa América 2019: ¿Qué tan sostenible es el torneo?

06/20/2019
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La gestión de residuos sólidos y la capacitación de jóvenes son las banderas de la Copa América Brasil 2019, un evento que, en cuanto a sostenibilidad, deja varios pendientes por cumplir.

Copa America 2019

Foto: Mundomarketing.com / Tiempo estimado de lectura: 5 minutos 

La disputa de una nueva Copa América vuelve a unir a nuestro continente alrededor de la pasión por el deporte.

El torneo de selecciones más antiguo del mundo, con sede hoy en Brasil, cuenta en esta edición con la participación de los 10 países afiliados a la Confederación Suramericana de Fútbol -Conmebol- y de otros dos invitados: Catar y Japón.

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Para albergar un evento de semejante magnitud, el Comité Organizador Local -COL- y la Conmebol deben realizar no solo una logística impecable, que garantice el cumplimiento de la agenda de la Copa y una experiencia memorable para los aficionados, sino incluir la sostenibilidad entre sus planes.

Organizar una competición sostenible implica pensar en condiciones laborales dignas, escenarios verdes e incluyentes, gestión de residuos sólidos, generación de empleo local, movilidad sostenible y otras condiciones que promuevan prácticas responsables en lo económico, lo ambiental y lo social.

Sin embargo, en comparación con referentes tan cercanos como el Mundial de Rusia 2018 o los Juegos Olímpicos de Río 2016, la Copa América 2019 parece quedarse corta en la gestión de los impactos negativos asociados a su mismo desarrollo.

Residuos: la apuesta ambiental

En cuanto a impactos ambientales, el foco de la organización se sitúa sobre el manejo de los residuos sólidos. Se espera que unos 100.000 turistas lleguen a Brasil para disfrutar de la competencia y que, con su presencia, la generación de residuos se dispare.

La respuesta del COL a este reto involucra a las cooperativas de recolectores locales, que estarán en los estadios Arena Fonte Nova y Mineirao clasificando y disponiendo de forma correcta los residuos. En las demás sedes, según la organización, "no habrá clasificación, pero todo el material reciclable será destinado a cooperativas de recolectores y/o empresas de reciclaje".

Además de este esfuerzo -que, ante la dimensión del evento, parece insuficiente-, la organización de la Copa no indica qué soluciones se van a implementar para gestionar otros impactos ambientales, como las emisiones de gases de efecto invernadero, el exceso en el consumo de recursos o el food waste

Pese a las expectativas que había sobre el ahorro de inversión en infraestructura, pues el torneo ya contaba con los estadios que se habilitaron para el Mundial de Brasil 2014 -y con sus respectivas vías de acceso-, el aumento en las ganancias de la Conmebol, estimadas en 500 millones de dólares, no parece que vaya a repercutir en una gestión y compensación de impactos de gran alcance.

¿Y el reporte?

Las falencias en sostenibilidad de la Copa se extienden también a la comunicación. Solo uno de los artículos publicados por la organización habla de las acciones de responsabilidad social que adelantan, como la mencionada iniciativa de reciclaje en los estadios o los talleres de capacitación sobre "reconocimiento sostenible", dictados a 300 jóvenes del país.

Inclusive, en la guía del espectador de la competición, el tema se reduce a un par de párrafos en los que se aconseja a los visitantes depositar sus residuos en los recipientes adecuados y hacer uso del transporte público, evidenciando así la poca relevancia que le está dando la organización a la sensibilización y al reporte de su gestión de impactos.

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Si bien la prioridad comunicativa en estos eventos es lo que ocurre en el terreno de juego, la organización debe ser coherente con el compromiso que adquirió al asumir la realización de un certamen con tantos impactos asociados. En otras palabras, si el torneo anuncia que "promueve la sostenibilidad y responsabilidad social", sus acciones deben demostrarlo.

Recién en Rusia 2018 destacamos algunos de los objetivos de la estrategia de sostenibilidad del Mundial, tomando datos públicos del sitio web de la Federación Internacional de Fútbol Asociado -Fifa-. En el caso de Brasil 2019, si la información sobre su gestión existe, no es tan fácil acceder a ella.

Por ahora, la comunicación del torneo expone unas soluciones a unos problemas puntuales, más que un abordaje integral a partir de una estrategia de sostenibilidad que contenga un análisis del territorio donde se realiza el evento y una valoración de sus impactos.

Solo queda esperar a que el desarrollo de la competencia y sus memorias posteriores nos indiquen si la Copa América 2019 se convierte en un certamen digno de recordar, tanto por sus goles y sus récords como por su sostenibilidad.