La organización del Mundial de fútbol lleva más de tres años cumpliendo con un programa que busca reducir los impactos negativos del torneo sobre las personas, la economía y el medio ambiente.
Para la Federación Internacional de Fútbol Asociado -Fifa-, "organizar un mega-evento como la Copa del Mundo de manera sostenible es un desafío enorme".
La respuesta del máximo ente regulador del fútbol mundial y el Comité Organizador Local -COL- para asumir ese reto quedó definida en la estrategia de sostenibilidad Rusia 2018, con la que ambos actores se comprometieron a cumplir los requisitos y estándares internacionales, además de mejorar continuamente los procesos asociados con la realización del torneo.
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Son 27 los objetivos que apuntan a que el Mundial "contribuya al desarrollo humano y social, proteja el medio ambiente y fortalezca la economía local". A continuación te explicamos cinco de ellos y las medidas que se han venido tomando para afrontar dichos focos de trabajo:
1. Promover condiciones de trabajo decentes para los trabajadores en la construcción de los estadios: Este es un asunto crítico para la organización de Mundiales, Juegos Olímpicos y cualquier otra competición que implique construir o adecuar escenarios. Hace cuatro años en Brasil fallecieron 10 personas y, en un panorama mucho más alarmante, se estima que Catar 2022 habrá causado 4.000 muertes antes de que su partido inaugural comience.
Para Rusia 2018, la respuesta de la Fifa y el COL frente a esta problemática fue desarrollar un sistema de control para inspeccionar las condiciones laborales en los estadios, de manera que cumplieran con "los convenios aplicables de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la legislación de la Federación Rusa y las buenas prácticas del sector".
El sistema funcionó desde abril de 2016 hasta marzo de este año y constó de 85 visitas a los estadios, en las cuales se evaluaron 945 empresas y se entrevistó a más de 2400 trabajadores. Según el Instituto Klinsky para la Protección Laboral y las Condiciones de Trabajo -aliado de la iniciativa-, "el porcentaje de incumplimientos en la documentación laboral se redujo en un 74% y las anomalías en las obras disminuyeron un 60% desde la introducción del sistema".
2. Garantizar escenarios accesibles y transporte para personas discapacitadas y con movilidad reducida: Brasil 2014 fue pionero en el desarrollo de iniciativas que pusieran el fútbol al alcance de todos. En aquella edición se adecuaron asientos, baños y pasillos para personas discapacitadas o con obesidad; y a los aficionados invidentes se les proporcionó un servicio de audio con comentarios de los partidos.
En cuanto al acceso global a los escenarios, Rusia 2018 no se quedó atrás. Además de la adecuación de espacios, que incluye "zonas libres de barreras arquitectónicas, estacionamientos, ascensores y rampas especiales", se dispuso de 17 carros de golf para transportar a los espectadores con alguna limitación de movilidad y se instalaron puntos de préstamo gratuito de sillas de ruedas en todos los estadios.
3. Asegurar el cumplimiento de los estándares de construcción ecológica para los estadios: Los doce escenarios mundialistas fueron sometidos a examen en áreas como salud y bienestar, energía, agua, residuos e innovación, entre otras. Y de acuerdo con el COL, "todos los estadios del Mundial recibieron la certificación por una de las normas ecológicas, rusas o internacionales".
Cabe destacar que el estadio Luzhniki de Moscú, sede de la inauguración y de la final de la Copa, recibió la certificación BREEAM por las medidas adoptadas en su remodelación para reducir el consumo de energía y agua mediante sistemas tecnológicos, así como por la vegetación plantada en las zonas aledañas.
Ahora el reto para la Fifa debe trascender a hacerle seguimiento al uso que la población local le dé a los escenarios deportivos después de terminado el Mundial.
4. Garantizar una gestión eficiente de los residuos que se generen en el Mundial: Esta es otra de las cuestiones que más presiones le origina a la Fifa, por eso vienen trabajando desde 2015 en un programa de gestión de desechos para separar y reciclar residuos.
La iniciativa involucra un "sistema de entre 150 y 200 cubos de basura [instalados en cada estadio] para garantizar que los residuos no reciclables se separen del material reciclable" y el trabajo conjunto con varias ONG rusas para difundir en el territorio buenas prácticas de separación de residuos.
5. Apoyar las inversiones y la adecuación de infraestructura para fomentar el desarrollo económico local: De los 13.000 millones de dólares que se han invertido en la organización del torneo, la mitad se destinó al desarrollo de la infraestructura vial para conectar las once ciudades sedes.
Este gasto tendrá un impacto significativo en el turismo, la generación de empleo y otros sectores, los cuales harán posible el retorno de la inversión. Se estima que el consumo total de los aficionados extranjeros en Rusia alcance los 4.000 millones de dólares y que el rublo, la moneda oficial del país anfitrión, se valorice en un 2% tras el cierre de la Copa.