Después de una década de cambios, proyectos, innovaciones y apuestas, recordamos algunos de los hitos que nos han puesto en ruta hacia nuestro propósito: inspirar la transformación colectiva hacia un mejor futuro.
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El sueño de crear un negocio de alto impacto social y ambiental está cumpliendo su primera década de existencia.
Nuestra historia se remonta al 2009, año en que, después de mucho pensar, buscar opciones y reinventarnos, logramos materializar el proyecto que teníamos en mente: compensación de la huella de carbono de las personas a través de la siembra de árboles.
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Las estaciones de servicio fueron nuestro primer canal de venta. Nos pusimos la camiseta -en más de un sentido- y trabajamos durante extensas jornadas para poner a prueba un modelo de negocio inédito hasta entonces en el mundo.
En los 30 segundos que teníamos para llamar la atención de los potenciales clientes, les contábamos un poco sobre conTREEbute y los invitábamos a compensar las emisiones de gases de efecto invernadero de sus tanques de combustible por medio de nuestro proyecto de siembra de árboles.
El destino de su aporte era Granada, municipio del Oriente antioqueño del cual fueron desplazadas más de 33.000 personas a causa del conflicto armado. Aprovechando el retorno de sus habitantes y las oportunidades que este pueblo nos ofrecía, realizamos una intervención sostenible en el territorio, generando empleo y capacidades en la comunidad de la zona.
Mientras explorábamos este modelo, Grupo Éxito se convirtió en nuestro aliado para involucrar a las personas en el cuidado del medio ambiente, permitiéndole a sus clientes canjear sus puntos por árboles que nosotros plantábamos en predios cercanos a fuentes hídricas de abastecimiento. ¡Sembramos más de 130.000 en el primer año que tuvimos esta plataforma!
La segunda etapa de nuestra compañía comenzó en 2012 y estuvo enfocada en el green marketing, negocio mediante el cual creamos y acompañamos iniciativas empresariales responsables con el medio ambiente.
Gracias a la visibilidad que tuvo nuestra marca con el Airbol, un sistema de purificación de aire que instalamos en Medellín -y posteriormente en Bogotá-, empezamos a ser reconocidos en el mercado como una de las pocas compañías que buscábamos cambiar la relación de los seres humanos con su entorno natural.
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"La sostenibilidad era en ese entonces en Colombia un concepto difuso. El green marketing nos ayudó a encaminar la gestión ambiental y social de las compañías y materializarla en generación de valor para sus grupos de interés", asegura Andrés Fernández, uno de nuestros business developers.
Con este modelo de negocio, participamos en proyectos como Papel Planeta, una iniciativa de Familia que promovió el reciclaje en 160 colegios del país y recogió más de 460 toneladas de papel reciclable, además de permitirnos sembrar 180.000 árboles con el apoyo de 2.700 familias campesinas.
Paralelo al green marketing, fuimos fortaleciendo nuestro portafolio de servicios, proceso que nos llevó a declararnos como una agencia de sostenibilidad y a apoyar la gestión de las grandes empresas del país a partir de múltiples proyectos de consultoría especializada, como el análisis de materialidad, el reporte de sostenibilidad o el diligenciamiento del Dow Jones Sustainability Index -DJSI-.
En 2015, por ejemplo, creamos con Grupo Argos un laboratorio de pensamiento para atender sus retos y los de sus filiales, experiencia que no solo facilitó la integración de sus diferentes áreas de sostenibilidad para compartir aprendizajes y buenas prácticas, sino que nos acercó a la gestión de estas avanzadas compañías y nos ayudó a fortalecer nuestro conocimiento.
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Nuestros proyectos de siembra también dieron un salto enorme en esta época, volviéndose ejercicios de intervención ambiental y social en los territorios.
Aquí tuvimos como grandes aliados a Celsia, cuyo proyecto ReverdeC se mantiene hasta hoy como la iniciativa voluntaria de siembra de árboles más grande del país, y a Cementos Argos y Vías de las Américas, con quienes conocimos de cerca el panorama de la compensación obligatoria en Colombia, en especial a partir del relacionamiento con las autoridades ambientales y las comunidades locales.
Además, nos atrevimos a proponer soluciones diferentes a los servicios que tradicionalmente ofrecíamos. Este fue el caso de Retoma, una iniciativa de economía circular que le permitió a nuestro aliado Colcafé recoger y reutilizar los residuos generados por las cápsulas de café para así reducir el impacto ecológico de su producto.
Desde 2017 comenzamos a encaminarnos hacia una nueva versión de lo que queríamos ser: una compañía diversa en profesiones y personalidades, que encuentra soluciones a los retos de sostenibilidad de las empresas y que trabaja cada día por hacer del mundo un lugar mejor.
Nos volvimos una firma especializada en sostenibilidad con dos unidades de negocio: Compensación y Conservación y Consultoría. Sin embargo, dejamos de tener un portafolio específico de servicios y empezamos a configurar soluciones que se ajustaran a las necesidades de los clientes a partir de las diferentes capacidades de nuestro equipo.
También apostamos por una cultura organizacional propia, cambiando nuestra estructura y estableciendo unos acuerdos de comportamiento. Eliminamos los cargos y las jerarquías, abrimos las oficinas, creamos el ADN We Are One e impulsamos la formación del equipo conTREEbute, enfocados en capacidades blandas y el desarrollo de líderes transformacionales.
Diez años después de ese primer día de venta de árboles en las estaciones de servicio, seguimos siendo emprendedores y apasionados por la sostenibilidad; trabajamos en 12 departamentos de Colombia, ejecutamos más de 150 proyectos al año, generamos espacios de discusión sobre los retos de la actualidad y, sobre todo, inspiramos la transformación colectiva hacia un mejor futuro.