El impacto en las comunidades, sumado a los beneficios ambientales de los
proyectos, convierten a los más de cuatro millones de árboles que hemos plantado en un hito de gran relevancia.
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Cuando pensamos en los proyectos que ejecutamos y en los impactos que estos tienen en el entorno, es inevitable no fijarse en cifras como la cantidad de árboles plantados o la cantidad de dióxido de carbono capturado.
Sin embargo, los proyectos de compensación implican mucho más que intervenciones medioambientales. Son mundos complejos e independientes, cada uno con condiciones particulares, para los cuales conformamos equipos interdisciplinarios y planificamos acciones según las necesidades que haya que atender.
Desde una perspectiva ambiental, inclusive, resulta injusto quedarse solo con los datos relacionados con la calidad del aire que respiramos los seres humanos. Las sinergias de los árboles en los bosques no solo posibilitan el equilibrio ecológico, sino que derivan en múltiples beneficios para el agua, el suelo y las especies de flora y fauna que ocupan las zonas de intervención.
Devolver el ecosistema a su estado natural
En conTREEbute diseñamos y ejecutamos los proyectos de compensación con el objetivo de recuperar una cobertura forestal que se asemeje a la que existía antes en los sitios a donde llegamos -es decir, volver a poner las cosas en su lugar-.
Siguiendo ese propósito, los árboles sembrados conllevan a una serie de efectos con los que pretendemos reconectar los flujos en los ecosistemas intervenidos.
Con el tiempo, los animales regresan a su hábitat y se restablece la cadena alimenticia. Y a medida que los árboles crecen y empiezan a colaborar con las otras especies, sus interacciones permiten balancear los ciclos y los microciclos necesarios para que todos los seres vivos subsistan en el bosque.
Buscando recuperar ese equilibrio perfecto de la naturaleza, hemos sembrado alrededor de 60 especies nativas en diversos ecosistemas, como bosque alto andino, bosque seco tropical o zonas de transición a páramo. Además, proyectando los impactos a 20 años, calculamos que los árboles sembrados capturen aproximadamente 840.000 toneladas de dióxido de carbono.
Oxigenar también las comunidades
Otros de los beneficios inherentes a los más de cuatro millones de árboles que hemos sembrado involucran a las comunidades que residen en las áreas de influencia y reflejan las prácticas sostenibles de conTREEbute con nuestros grupos de interés.
La mano de obra contratada, por ejemplo, proviene de las mismas zonas donde ejecutamos los proyectos y recibe capacitación en temas como el cuidado de los árboles y la seguridad y salud en el trabajo.
También adelantamos iniciativas con proveedores y, en particular, con las organizaciones de base comunitaria, con el fin de que estas se fortalezcan y puedan incrementar su capacidad para seguir trabajando por la protección de los recursos naturales.
Por eso vemos este hito alcanzado como resultado de una intervención integral con impactos positivos inmediatos y que, con el paso del tiempo, generará aún más bienestar en los territorios donde los sembramos.