La empresa de helados estadounidense celebra sus 40 años manteniendo la propuesta de valor que los posicionó en el mercado: ofrecer productos que generen bienestar a sus grupos de interés.
Foto tomada de Takepart
Cada vez es más común que la sostenibilidad sea tenida en cuenta dentro de la estrategia de las empresas. El cuidado del medio ambiente y la responsabilidad social son ahora ejes de las agendas organizacionales, así como de los compromisos internacionales, pero hace un par de décadas tomar decisiones pensando en dimensiones distintas a la económica era romper con los esquemas.
Era la época de un contexto empresarial enfocado en la búsqueda de rentabilidad. Y Ben & Jerry's llegó para ser pionera de la tendencia que vivimos en la actualidad.
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La compañía nació en 1978 y, con el paso del tiempo, se transformó en un referente mundial en prácticas de conservación ecológica, generación de valor compartido y activismo de marca.
No es casualidad que la productora de helados de Vermont fuera una de las primeras empresas en obtener la certificación B, que la acredita como un actor comprometido con el desarrollo sostenible.
Con apenas seis años en el mercado, Ben Cohen y Jerry Greenfield, los fundadores de la empresa, le ofrecieron acciones a los habitantes de su estado para "compartir la riqueza". Ese tipo de decisiones han marcado el rumbo de un modelo de negocio cuyo crecimiento económico se vincula a los impactos positivos que ocasiona en el entorno.
Christopher Miller, director de Actividad Social de la compañía, ratifica el propósito que moviliza el compromiso de entregar más que un producto: "La conexión más fuerte que puedes crear con los consumidores es el bienestar compartido", afirma.
La compra en el 2000 por parte de Unilever supuso un reto gigante para los principios de la compañía. Ser adquirido por una multinacional suele implicar cambios de fondo significativos, pero Cohen y Greenfield asumieron las concesiones dadas como una oportunidad de extender el alcance de sus impactos.
18 años después, Ben & Jerry's se declara tan orientada a la misión como en un principio e, inclusive, asegura haber impulsado a Unilever a convertirse en una multinacional más progresista. La empresa continúa comprometiéndose con causas sociales como la retribución justa a los agricultores, el cambio climático o el matrimonio igualitario, demostrando que su compromiso va más allá de asuntos que se relacionan con el negocio.
