Cuando se trata de entregar información oportuna y acercarse a los grupos de interés, el tamaño de las empresas o la cantidad de novedades que tengan por contar no deben convertirse en obstáculos para reportar los avances de su gestión.
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La tendencia a abordar cada vez más canales de comunicación está haciendo que crezca el número de empresas que apuestan por el reporte de sostenibilidad como un mecanismo para fortalecer la relación con sus públicos y mantenerlos informados.
A esto se suman otra serie de beneficios reputacionales, comerciales y que tienen que ver con la gestión interna de las organizaciones, como la generación de una cultura de mejoramiento continuo y el fomento de una visión más estratégica del negocio.
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Sin embargo, como los referentes de sostenibilidad suelen ser las compañías más tradicionales del país, las pymes tienden a pensar que el reporte es un ejercicio exclusivo de los grandes capitales y se llenan de una cantidad de prejuicios que les impiden acceder a todas las ventajas que esta herramienta trae consigo.
Te compartimos a continuación tres de los mitos que hemos encontrado en nuestra experiencia acompañando a empresas en la elaboración de sus reportes de sostenibilidad:
1. Es solo para compañías listadas en bolsa
El reporte es una pieza valiosa para empresas de cualquier tamaño y sector, sea como respuesta a las exigencias crecientes del mercado o como impulsor de los beneficios que mencionamos con anterioridad.
Por ejemplo, dependiendo del propósito y del público al cual se quiera dirigir una compañía, el reporte le puede servir para resumir su gestión, presentarse en contextos comerciales o evidenciar los logros y las oportunidades de mejora sobre los asuntos prioritarios de su gestión, entre otras posibilidades.
2. Tiene que ser largo para ser bueno
La calidad de la información que se entregue no depende de la extensión, sino de la definición de los indicadores adecuados, la presentación de avances contundentes y la realización de informes que le apunten más a lo estratégico que a lo táctico.
También vale la pena aclarar que los reportes no deben ser impresos si no es necesario tenerlos en físico. Explorar otros formatos puede aumentar el valor que genere la información compartida.
La discusión sobre presentaciones del reporte ha empezado a migrar inclusive hacia opciones que sean más digeribles para el público al que se quiere llegar, como videos, infografías, dashboards o aplicaciones móviles.
3. Hay que comunicarlo todo
La intención de elaborar un reporte no puede convertirse en un "contar por contar". Es necesario definir los focos de trabajo y comunicar las novedades más relevantes dentro de estos asuntos, evitando así abordar temas que no sean críticos o compartir información que pueda ser confidencial para el negocio.
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