Colombia es una economía dinámica. Ha mejorado de manera constante sus indicadores de desarrollo económico. El Producto Interno Bruto (PIB) ha crecido a tasas promedio del 4,7% (2003 - 2013), la tasa de inflación se ha reducido por debajo del 4% en los últimos cinco años, y la Inversión Extranjera Directa (IED) se ha multiplicado por diez en los últimos diez años.
Sin embargo, el país enfrenta un reto creciente para asegurar la sostenibilidad ambiental y social de su modelo económico.
El sistema financiero desempeña un papel fundamental en la transición hacia una economía más sostenible. El concepto de finanzas verdes o finanzas sostenibles hace referencia a la capacidad del sistema financiero para integrar criterios ASG (ambientales, sociales y de gobierno corporativo) en el proceso de toma de decisiones de inversión o crédito, así como a la asignación de recursos a proyectos, activos financieros o portafolios que tienen un aporte positivo para resolver los desafíos del desarrollo sostenible.
El sistema financiero colombiano ha logrado avances en la integración de los criterios ASG en el proceso de toma de decisiones. El criterio de gobierno corporativo ha sido aplicado por mas tiempo, seguido más recientemente por el criterio ambiental. La experiencia de la encuesta “Código País” (Circular 028 de 2007 de la Superintendencia Financiera) relacionada con los criterios de gobierno corporativo es un ejemplo interesante de cómo se puede integrar un nuevo tema en la agenda del sector financiero, creando una conciencia general, y convirtiéndose en una herramienta útil para fortalecer el análisis de riesgos. Sin embargo, algunos riesgos emergentes de sostenibilidad tales como los riesgos de eventos climáticos extremos y los riesgos sociales, entre otros, no han sido plenamente integrados en la evaluación de riesgos de las entidades financieras.
Recientemente, la Corporación Financiera Internacional (IFC) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), con el apoyo de conTREEbute y Carlos Flórez como consultores locales, desarrollaron un proyecto para explorar el estado actual de las finanzas verdes en Colombia e identificar los desafíos y las posibles soluciones que mejorarían la aplicación de criterios ASG en el proceso de la toma de decisiones en el sector financiero y la movilización de inversiones para la transición hacia una economía más verde e incluyente.
Basado en la experiencia internacional, este proyecto identificó cuatro catalizadores que pueden potenciar transformaciones significativas en el sistema financiero colombiano.
i) El liderazgo transformacional de entidades financieras líderes que trabajan activamente en el desarrollo de las finanzas verdes en el país y pueden mostrar sus beneficios;
ii) Las crisis en el sector real, tales como eventos climáticos extremos y pérdidas en el sector industrial relacionadas con prácticas ambientales y sociales inadecuadas, pueden atraer la atención de los inversionistas y la sociedad civil;
iii) La innovación en políticas públicas puede contribuir a replicar buenas prácticas en el sector financiero y a generar un marco común para el desarrollo de las finanzas verdes;
iv) Los grandes proyectos de infraestructura, tales como los proyectos 4G, que en su gran mayoría estarán financiados por inversionistas extranjeros y entidades multilaterales, y que requieren un análisis estricto de riesgos y oportunidades sociales y ambientales.
El concepto de finanzas verdes o finanzas sostenibles es relativamente reciente, pero gracias a su importancia para el futuro del país hará que esté presente en los próximos años en la agenda del Gobierno, el sector privado y el sistema financiero.
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