Sembrar millones de árboles, aprovechar de forma sostenible las especies naturales y reformar prácticas en los sectores económicos son algunas de las estrategias del plan propuesto por el Convenio sobre Diversidad Biológica.
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Una nueva alerta se ha sumado a nuestra lista de pendientes para preservar los ecosistemas del planeta.
Se trata del más reciente informe del Convenio sobre Diversidad Biológica -CDB-, en el cual científicos del todo el mundo plantean la necesidad de "proteger al menos un tercio de los océanos y los hábitats terrestres" en la década que recién comienza.
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El documento toma como insumo el último reporte de la Plataforma Intergubernamental de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos -Ipbes-, donde se advierte el riesgo de extinción que corren un millón de especies naturales, y las alertas globales de incumplimiento de dos de los compromisos más grandes que tenemos con el planeta: el Acuerdo de París y las Metas Aichi.
Con este contexto y el temor de que las tendencias actuales de pérdida de biodiversidad se mantengan, el CDB propone el 2030 como fecha límite para conservar numerosos hábitats y especies que prestan servicios ecosistémicos esenciales, si queremos evitar lo que sería la "sexta extinción en masa en la historia de la Tierra".
El plan del CDB busca movilizar a los gobiernos, empresarios y a la sociedad en general para tomar medidas más ambiciosas, que nos acerquen a los resultados esperados por los acuerdos internacionales en términos de conservación de recursos, especies y ecosistemas.
Para lograr este objetivo, el documento incluye cinco objetivos a largo plazo, de los cuales se desprenden a su vez 20 metas de acción para 2030, orientadas a la ejecución de programas y proyectos que permitan transformar la relación humana con la biodiversidad y los ecosistemas.
Además de las tradicionales metas de restauración de ecosistemas, protección de hábitats o de control de especies invasoras, el plan del CDB propone asuntos interesantes, como la eliminación de subsidios que sean perjudiciales para la biodiversidad o la legalización de la "recolección, el comercio y la utilización de especies silvestres a niveles sostenibles"
Suena contradictorio, pero en realidad estos temas reflejan una tendencia clara de cómo se está abordando en el mundo el aprovechamiento de los recursos naturales: con estudios, con decisiones basadas en la ciencia y con la voluntad de permitir el uso humano sin poner en riesgo las poblaciones de las especies.
También se tienen unas "metas corporativas", diseñadas para que las organizaciones públicas y privadas introduzcan mejores prácticas en sus operaciones, gestionando sus cadenas de abastecimiento, reduciendo sus emisiones contaminantes y promoviendo en sus usuarios un consumo responsable.
Finalmente, el CDB sugiere que el plan sea integrado a las estrategias regionales, nacionales y mundiales de conservación de la biodiversidad, de manera que se realicen informes sobre su implementación y que se involucre a las comunidades locales e indígenas en el proceso.
El documento completo del proyecto está disponible en línea y será presentado en la próxima Conferencia de las Partes del CDB -COP 15-, donde se espera que los casi 200 países participantes adopten la propuesta como un "marco mundial de acción" y empiecen a trabajar por el cumplimiento de sus objetivos.
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